martes, 5 de octubre de 2010

DIAGNÓSTICOS DE LA PARÁLISIS FACIAL-ALOPECIA-CALVICIE Y ENFERMEDADES

ALOPECIA-CALVICIE Y ENFERMEDADES

DIAGNÓSTICOS DE LA PARÁLISIS FACIAL

El médico explora la movilidad voluntaria de los músculos de la cara, mediante un método que parece bastante divertido, ya que es necesario realizar movimientos de mímica. La forma que emplea es el método de May, y es así:

* Se palpa el tono que tienen los músculos de la cara.
* Se le dice al paciente que arrugue la frente.
* Que cierre los ojos
* Que parpadee...

* Que arrugue la nariz
* Que enseñe los dientes
* Que silbe
* Que llene de aire las mejillas
* Que saque hacia fuera y hacia abajo el labio inferior
* Que tense los músculos del cuello.

Se mide la cantidad de lágrimas que producen ambos ojos y se compara la cantidad de ambos. Para ello, se aloja sobre el párpado una tirita de papel de filtro, que absorberá la humedad. El ojo afectado por la parálisis facial no tendrá lágrimas. (Prueba de lagrimación de Schirmer).

Se puede hacer una prueba de oído, para saber si el músculo del oído que protege de los ruidos fuertes está afectado. Para ello, se pone en el conducto del oído un auricular que medirá su funcionamiento automáticamente. El oído afectado no responderá (reflejo estapedial).

Se puede estudiar el gusto de la parte anterior de la lengua, estimulando con una pequeñísima cantidad de electricidad los bordes laterales de la lengua, lo que produce un sabor metálico. En personas sanas, esto se produce cuando se alcanza una intensidad de corriente de 30 microamperios, mientras que en la parálisis facial se necesita una intensidad mayor, de 100 microamperios, para que ocurra el estímulo gustativo transmitido por el nervio (electrogeusiometría).

Se puede medir la cantidad de saliva de cada lado de la boca, poniendo una pequeña sonda en los conductos de las glándulas salivales. En el lado de la parálisis facial se produce menos cantidad de saliva (prueba de salivación).

Y quizás, las pruebas más interesantes sean las encaminadas a conocer la evolución y el pronóstico de la parálisis facial. Por un lado, la electroneurografía, que consiste en la aplicación de pequeños estímulos eléctricos, comprobando cómo se contraen los músculos. Hay una relación directa entre la cantidad de fibras nerviosas que funcionan y la respuesta en la contracción del músculo. Esta prueba puede realizarse a partir del tercer día de aparecer la parálisis facial, y nos informa sobre el pronóstico. Por otro lado, está la electromiografía, que mide cómo funciona el músculo en estado de reposo y cuando está contraído. Esta prueba puede realizarse a partir de la tercera semana de la aparición de la parálisis facial, y nos informa acerca de la regeneración nerviosa.

El médico puede realizar un estudio radiológico de imagen de cerebro, mediante un TAC (Tomografía axial computarizada) o estudio de RMN (Resonancia magnética nuclear), para descartar cualquier otra causa.

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